El caso de la tortuga exótica más conocido es el de la tortuga de Florida (Trachemys scripta subespecie elegans)


Estas tortugas de Florida son de origen americano y fueron vendidas a mansalva en los años 80 ya que resultaban ser unas mascotas pequeñas, graciosas y baratas.
Muchos dueños «sorprendidos» de que una tortuga de agua tuviera la capacidad de crecer y de cambiar de humor (resulta que se vuelven agresivas con la edad), decidieron que lo mejor para estos animales era darles la libertad.
Concepto de «libertad» para el propietario inconsciente de un animal de compañía: Soltar al bicho en cualquier sitio.
Susana
Como dato curioso os diré que en la estación de trenes de Atocha en Madrid, el mismísimo Adif se ha visto obligado a cuidar las tortugas de Florida que la gente ha ido abandonando en uno de los estanques que tienen. Eso sí, si se encuentran con alguna autóctona se ponen en contacto con Grefa para que puedan reintroducirlas.

Los investigadores comentan que las sueltas incontroladas en España fueron hechas a finales de los 90 de manera que la Comisión Europea se puso las pilas viendo el percal y prohibió en el año 1997 la importación de esta especie en toda Europa (Reglamento CE 338/97)
Pero como ya sabemos que hecha la ley hecha la trampa, se sustituyó esta especie por otras tortugas que eran «parecidas» como por ejemplo la tortuga de orejas amarillas (Trachemys scripta subespecie scripta).


La IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) considera la tortuga de Florida una de las especies exóticas invasoras más dañinas del mundo y promueve su eliminación en Europa.
Una de las maneras que la Unión Europea ha ayudado ha sido mediante la subvención del 50% del Proyecto Life Trachemys en la Comunidad Valenciana y en Portugal.

Este proyecto empezó en el 2001 pero ya ha acabado y aunque todavía no está redactado el fin de proyecto de momento se puede consultar su dossier divulgativo del 2013 «LIFE-Trachemys (2013). Dossier divulgativo sobre el proyecto LIFE-Trachemys. Informes LIFE-Trachemys nº 17. Conselleria d’ Infraestructures, Territori i Medi Ambient. 13 pp.«
Ha sido una herramienta muy importante para dar a conocer la problemática de la suelta indiscriminada de tortugas exóticas y hasta se han hecho charlas en asociaciones de vecinos, se han publicado manuales de cómo manejar a estos animales si alguien se los encontraba y se han hecho cursos prácticos a universitarios de cómo hacer su seguimiento.
Si clicáis en las imágenes podréis ver más ejemplos:





Realmente estas tortugas de Florida lo tienen todo para triunfar en la península ya que a igual condiciones ambientales (mismo espacio y misma disponibilidad de comida) tienen la ventaja biológica de reproducirse antes que una tortuga autóctona.
Mientras que una hembra de Florida llega a ser madura sexualmente hablando a los 7 años, un galápago leproso lo es a los 10 años y un galápago europeo ¡a los 20!
Con estos datos ya podéis pensar que liberar a estos animales a lo loco provoca grandes problemas y se tienen que controlar de alguna manera.
A nivel de la Administración «controlar» significa (principalmente) sacrificar a los individuos encontrados o atrapados. Es por lo tanto, una cuestión de tiempo que aquella mascota que tanto queríais y que liberasteis con tantas esperanzas de libertad, acabe atrapada y después …caput.
Para la gente que vea esto como un problema que no va con ellos, también comentar que estas tortugas también pueden provocar problemas sanitarios en las casas de los propietarios si no hacen los controles veterinarios correctos, ya que se sabe que pueden transmitir la bacteria Salmonella y producir salmonelosis a niños pequeños y hasta en lactantes.

¿Cómo se os ha quedado el cuerpo?
La solución a todos estos problemas es bien sencilla: no comprar tortugas exóticas y si las quieres tener como mascota las debes de tener bien cuidadas en casa y NUNCA liberarlas.