El pasado mes de Junio participé en el «Curso de tortugas terrestres y acuáticas» organizado por la Associació per a la Conservació dels Ecosistemes Naturals (CEN) en la Selva del Camp en Tarragona.
La actividad fue separada en dos fines de semana y la hizo un técnico de fauna de la Generalitat de Cataluña que casualmente ya conocía por otro curso sobre rastros y huellas.
El primer fin de semana habló sobre las tortugas terrestres y nos explicó la taxonomía y la morfología de las especies propias en España: la tortuga mediterránea presente en Catalunya y Baleares (Testudo hermanni con dos subespecies T.h. hermanni y T.h. boettgeri) y la tortuga mora distribuida en el sur de la península (Testudo graeca).

Después de la teoría, hicimos la visita al Centro de Interpretación y Reproducción de la Tortuga Mediterránea en la población de Marçà dónde nos explicaron su funcionamiento y vimos la zona de los terrarios al aire libre, la nursery y el caserón (Mas) dónde habían unos paneles de interpretación de la Sierra de Llabería.


Después hicimos la parte práctica del curso: rastrear y marcar individuos.
Como había más de un participante al curso que ya había hecho este tipo de trampeo, nos fue relativamente facil encontrar unos cuantos individuos.
Para nuestra sorpresa, resultaron ser individuos que no estaban marcados y que por lo tanto no se habían encontrado antes.

Como no estaban identificadas se debía de cumplimentar desde cero la ficha del animal y eso quería decir: marcar, pesar, medir y sexar con el animal en mano (yeepeee!)
Aunque son animales tranquilos, la manipulación tiene que ser rápida para evitar al máximo su estrés.
El grado de estrés es directamente proporcional a las defecaciones.
¡Poneos guantes!
Susana
Para marcarlas, se utilizaron dos técnicas: hacer unas muescas con una sierra en el caparazón y la introducción de un chip en la cavidad celómica de los animales (a nivel del cuello).
Dejando de lado, la diferencia de precio entre un sistema y otro (los chips no los regalan), también existe la posibilidad de colocar emisores pegados al caparazón del animal, pero esta técnica la vimos con más detalle en la sesión de tortugas acuáticas.

Los emisores son muy útiles para la gestión de esta especie, ya que pueden ayudar a mapear los movimientos de las hembras reproductoras y así detectar su zona de desove. Así se pueden decidir las acciones necesarias para ayudar a que la puesta salga adelante.
También se pueden utilizar para saber el grado de dispersión de los jóvenes machos a la hora de buscar hembras. No tendría sentido dedicar esfuerzos (y recursos) en criar y liberar machos en un valle dónde están aislados de otras poblaciones.
Molt xulo!!!
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Muchas gracias Rafa!
Esto se va ir construyendo poco a poco… sin prisa, pero sin pausa!
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